El Pichincha es un volcán de los Andes en cuyas faldas está situada Quito, capital de Ecuador. Sus máximas elevaciones son el Guagua Pichincha (4794 metros) y el Rucu Pichincha (4696 metros).
La travesía entre el Guagua y Cruz Loma se puede hacer en un solo día, si se sube hasta las cercanías del refugio del Guagua Pichincha en todoterreno, o en dos si se sube caminando desde Lloa. Sea en un día o dos, hay que llevar agua para toda la ruta.
La ruta comienza en Lloa, una parroquia del Distrito Metropolitano de Quito, situada en la falda sur del Pichincha. A Lloa podemos llegar en autobús o en taxi pasando por el santuario de la Virgen del Cinto en Huayrapungo ("puerta al viento"). Desde Lloa hasta el refugio del Guagua Pichincha hay unas 6 horas de caminata por pista.
Yo hice dos veces esta ruta con el objetivo de aclimatar antes de ir al Cotopaxi. En la primera ocasión subí en todoterreno (se tarda unos 40 minutos) hasta una explanada que hay antes del refugio e hice la ruta en un solo día. Hay que ir ligero, pero da tiempo a subir al Rucu y bajar a Cruz Loma para regresar a Quito con el teleférico.
En la segunda ocasión subí en todoterreno a la explanada, en la que hay un cartel que indica el comienzo de la ruta Guagua - Cruz Loma. Subí caminando al refugio (se tarda entre una hora y hora y media) y me quedé a dormir. El refugio del Guagua es una construcción sencilla con literas, chimenea y aseos en un anexo. Hay que subir agua, comida y saco. Lo mejor, si el día acompaña, es el amanecer con vistas al Cotopaxi.
Al día siguiente subí desde el refugio hasta la Virgen del Volcán. Se trata de un pequeño altar con una imagen de la virgen que mira hacia el cráter del Pichincha. Anualmente se celebra una peregrinación en la que la gente sube andando desde Lloa hasta el altar de la virgen, situado a 4612 metros de altitud, lo que hace que sea la procesión más alta del mundo.
Desde el altar hay que seguir por la cómoda arista pasando un roquedo que tiene un hito y subiendo una canal con un paso de II antes de llegar a la cima del Guagua Pichincha. Su enorme cráter está orientado al oeste, así que a primera hora de la mañana está en sombras y no se pueden ver demasiados detalles. Lo que sí se puede ver en un día claro son otros volcanes en el horizonte. Cayambe, Antisana, Cotopaxi, Illiniza y Chimborazo medio tapado por el Corazón.
Tras disfrutar de las vistas, hay que seguir la ruta. Se puede bajar directamente por la cara este del Guagua, por un arenal en dirección a la vaguada que lo separa del Padre Encantado. La otra opción es regresar al refugio para recoger las cosas, que es lo que yo hice. Desde el refugio sale un sendero que conecta con la bajada del Guagua que he comentado antes.
Tras dejar el refugio, bajé por un sendero que atraviesa el páramo. Tras pasar una vaguada, el sendero vuelve a subir hasta alcanzar la base del Padre Encantado. Se trata de una elevación de menor entidad que hay entre el Guagua y el Rucu. Para subir al Padre Encantado se abandona el sendero principal por la derecha y se asciende primero por un arenal y después por roquedo empinado pero fácil hasta la cima.
Bajé del Padre Encantado por el mismo camino y continué por el sendero principal para salir a una loma con varios promontorios rocosos que tenemos que ir subiendo y bajando. No hay ningún paso difícil, pero si que hay que utilizar las manos en alguna ocasión para bajar por los roquedos.
Tras esta parte rocosa, el sendero vuelve a discurrir por un arenal, flanqueando una arista rocosa, en dirección a la cara oeste del Rucu. El sendero se empina bastante para subir por terreno arenoso y descompuesto hasta un collado. En el collado, se gira a la derecha y se asciende por el roquedo siguiendo los hitos hasta la cima del Rucu Pichincha.
Además de las vistas del Guagua, en la cima del Rucu me encontré con el pájaro Curiquingue (Phalcoboenus carunculatus), que merodea esta cima aprovechándose de los restos de comida que dejamos las personas.
Bajé del Rucu por la misma ruta hasta el collado por el que había pasado antes. Desde allí, hay que seguir la ruta que flanquea la cara este del volcán. El sendero está perfectamente marcado porque la subida al Rucu, gracias al teleférico de Cruz Loma, es bastante popular. La ruta desciende por los cómodos pastos alpinos del páramo hasta Cruz Loma, desde donde se regresa a Quito con el teleférico.