El pico Lenin, de 7134 metros, es la segunda montaña más alta de la cordillera del Pamir por detrás del Pico Comunismo (Ismail Samani). Situado entre Tadjikistán y Kirguistán, es una de las cumbres de más de 7000 metros de la antigua Unión Soviética, cuya ascensión otorga el título honorífico de "Leopardo de las nieves".
Para la expedición al Lenin contratamos el programa que tenia Asia Outdoor, una compañía que llevaban Nastia y José, que nos recogieron en Bishkek y nos atendieron de lujo, acompañándonos personalmente durante nuestra estancia en la ciudad. José sigue implicado con la montaña y los retos solidarios y podéis contactar con él a través de la página de la Asociación Española de Alpinistas con Cáncer.
A Bishkek volamos con Aeroflot, desde Madrid vía Moscú. El vuelo de Bishkek a Osh lo hicimos con una compañía local. El traslado al campo base lo hicimos en furgoneta, en unas 8 horas de viaje, por la carretera que une Osh y Kashgar hasta el valle de Alay.
Bishkek es un buen ejemplo de ciudad planificada, con grandes avenidas y barrios dispuestos en cuadrículas alrededor del centro administrativo. En la céntrica plaza de Ala-Too podemos ver el parlamento y el museo nacional, y en las inmediaciones, el parque Panfilov y un par de centros comerciales. Otro punto de interés es Osh Bazaar, un enorme mercado que merece la pena visitar.
La ciudad de Osh, al sur del país, es la segunda ciudad más grande de Kirguistán. Se trata de una ciudad con 2500 años de historia, y que fue una importante zona de paso de la ruta de la seda, entre el oasis de Fergana y Kashgar. La ciudad está dominada por el Trono de Salomon (Suleiman - Too), una montaña a cuya cima se puede subir en un agradable paseo. Además, Osh tiene el mercado al aire libre más grande de Asia Central.
José y Nastia nos llevaron en furgoneta al Parque Nacional de Ala Archa, a 40 km al sur de Bishkek. Durante los días que estuvimos en el parque nos acompañó un guía local, Yarik. El primer día subimos al refugio, a 3300 metros, donde nos atendió Ulan, el refugiero, hincha del Atlético de Madrid y forofo de la lucha, deporte nacional en Kirguistán. Durante los dos días siguientes subimos al glaciar Ak-Sai, desde donde disfrutamos de la vista del pico Korona (4860 metros), y al pico Uchitel (4540 metros). El cuarto día bajamos y regresamos a Bishkek, donde coincidimos con Iván Vallejo antes de su expedición al Khan Tengri con el equipo Somos Ecuador de Iván Vallejo.
Tras la aclimatación en Ala Archa, el 6 de agosto nos trasladamos de Bishkek a Osh en avión, donde nos recogió Natasha, contacto de Asia Outdoor. El traslado en furgoneta se hizo pesado, por una pista que están arreglando los chinos, interesados en mejorar las rutas de comercio de la región. Tras cruzar parte del valle de Alay siguiendo el cauce del río Rojo (Kyzyl-Suu) llegamos al campo base, donde nos recibió Sasha, jefe del campo y médico. El campo tenía una gran carpa central, con comedor, cocina y sala de estar, y tiendas para dos personas con camastros. En barracones apartados había retretes, lavabos, duchas y sauna. Desde su ubicación se ve el Lenin, una mole compacta de nieve en la que no destaca la cima.
El 8 de agosto era el día elegido para comenzar la subida. Primero nos pusimos de acuerdo con los porteadores que suben los petates en caballos al cambo avanzado. Tras el desayuno y una comprobación de pulsaciones y oxígeno en sangre, el médico nos llevó en todoterreno por el campo de cebollas hasta el comienzo de la ruta. Tras subir un pequeño resalte rocoso y pasar junto a una cascada, caminamos por pastos alpinos y después por terreno descompuesto para subir al paso Puteshestvennikov. La ruta desciende por el otro lado, y gira a la derecha antes de llegar al glaciar, que queda a nuestra izquierda. El sendero es evidente, muy marcado por el paso de montañeros y caballos de porteadores.
El día estaba nublado y llovía, pero no nos impidió disfrutar de la vista de los pináculos de roca esculpida por el hielo. Tras subir un resalte rocoso con riesgo de caída de piedras y atravesar un torrente, llegamos al campo avanzado. Tardamos cuatro horas y media. En el campo nos recibió Rustán, que hacía las funciones de jefe y porteador. Rustán es un montañero curtido, que ha subido el Everest y es "leopardo de las nieves". El campo avanzado estaba atendido y daban de comer. Tenía una carpa que hacía las veces de cocina y comedor, y tiendas con colchonetas para dos personas.
El 10 de agosto, tras descansar un día en el campo avanzado, nos levantamos y equipamos para subir al campo II. Rustán nos dió radiotransmisores para estar en contacto. Desde el campo avanzado se ve gran parte de la ruta, y se distingue la huella que sube por el glaciar. La jornada comenzó atravesando las morrenas donde se encuentran los campos de Asia Mountains y Tian Shan, y cruzando la parte más llana del glaciar para llegar al comienzo de la subida. En este punto nos encordamos, nos pusimos los crampones y comenzamos a subir despacio. Llevábamos bastante peso para equipar el campo II, así que había que tomárselo con calma.
El primer campo de grietas que nos encontramos había sido balizado por una expedición de chicas iraníes, con las que coincidimos en sucesivas jornadas. El segundo campo de grietas que nos encontramos ya eran algo serio. Eran seracs colgados, en una zona de pendiente, e infundían más respeto que las primeras grietas. El resto de la ruta fue anodino, subiendo por la huella en el glaciar hasta cota 5000, para girar hacia la derecha y atravesar una planicie conocida como la sartén. Al final de la planicie estaba el campo II, en el que no había más comodidades que las que llevábamos. Por suerte, un agujero en el hielo nos permitía coger agua fresca sin necesidad de fundir nieve. Montamos las tiendas y nos acostamos, y pasamos el primer día holgazaneando y aclimatando. El segundo día regresamos al campo avanzado, en unas tres horas. En el campo II habíamos dejado tiendas, comida y gas.
Pasamos tres días en el campo avanzado, descansando y dando algún paseo por los alrededores. El 16 de agosto volvimos a la carga y subimos al campo II. La subida vuelve a ser lenta, a pesar de que llevamos algo menos de peso. Para esta segunda vez, contratamos a Rustán para que nos subiera dos tiendas de altura al campo II. Al día siguiente descansamos, y el 18 de agosto subimos al campo III. La subida comenzaba detrás de las tiendas, por una pala de nieve empinada, y nos puso a prueba desde el primer momento. Tras esta pala giramos a la izquierda y afrontamos la pala final, de unos 300 metros, que tomamos con mucha calma. Tardamos cuatro horas en subir al Razdelnaya, donde montamos las tiendas. Tras dejar montado el campo III, regresamos al II, donde pasamos otro día de descanso.
El 20 de agosto subimos de nuevo al campo III. Yo tardé unas 6 horas, en vez de las cuatro de la primera vez. Mi cuerpo estaba empezando a acusar el cansancio acumulado. La idea era salir al día siguiente. El 21 de agosto nos levantamos a las 5 de la mañana. Las chicas iraníes habían salido antes que nosotros y vimos sus frontales sobre la arista. Hacía bastante frío y, tras alcanzar las primeras rampas, la mayoría nos dimos cuenta de que no estamos en condiciones de subir. Sergio, sin embargo, si estaba con ganas y decidió intentarlo. Durante la subida, alcanzó al grupo de iraníes e hizo cumbre con ellos. Las fotos de la cima que hay aquí son suyas. Podéis ver una reseña de su cima en el blog De expedición.
El día después de la cima nos levantamos tarde y emprendimos el regreso. En el campo avanzado nos dieron de comer filetes de carne (los primeros que veíamos en bastantes días) y nos hicieron un pastel para celebrar la cima de Sergio. Esa misma noche cayeron 20 cm. de nieve, lo que parecía decir que la temporada de ascenso al Lenin se había acabado. Tras la despedida, bajamos al campo base, volvimos a Osh en furgoneta y a Bishkek en avión y pusimos fin a nuestra pequeña aventura en Kirguistán.