El Condoig es un barranco de la sierra de Cantacuc, bastante húmedo, con exuberante vegetación y con restos de pinturas rupestres. La ruta parte del pequeño núcleo de población de Beniaia y pasa por el despoblado morisco de la Queirola.
Empezamos la ruta en Beniaia, pueblo al que llegamos por la CV-713 desde Tollos o desde Alcalá de la Jovada. Hay sitio para dejar el coche en el pueblo junto a la carretera.
Salimos de Beniaia por la calle de la Font y llegamos a la fuente de Beniaia, con un lavadero. Unos metros antes del lavadero, por la izquierda, comienza el sendero que nos conduce al despoblado morisco de la Queirola. Se trata de una antigua alquería que perteneció al caudillo Al-Azraq, señor de Alcalá. Con la expulsión de los moriscos en 1609 quedó despoblada y sus casas se acabaron convirtiendo en corrales.
Desde el otro lado de la Queirola, seguimos la ruta por una senda con vistas a la sierra de la Foradada y al Benicadell. Antes de bajar al barranco, podemos desviarnos unos metros a la izquierda (sin señalizar) para tener una vista general del Racó del Condoig. Después la senda continúa en bajada girando a la izquierda para entrar en el Racó del Condoig. El último tramo, ya dentro del barranco, está bastante tapado por la vegetación. Al final llegamos a la base de los paredones que cierran el barranco, con una pequeña poza de agua. Es una zona muy húmeda, con varias espeices de helechos, entre las que destaca la lengua de ciervo, Phyllitis scolopendrium.
Volvemos por la misma ruta hasta Beniaia.