El Montgó es una montaña litoral situada en la Marina Alta, al noreste de la provincia de Alicante, que separa los municipios de Denia y Jávea. La montaña se orienta en dirección NW-SE y está unida al cabo de San Antonio por una llanura conocida como Les Planes. El conjunto está incluido en el Parque Natural del Montgó.
Dificultad
Recorrido por pistas y senderos señalizados para subir al Montgó.
Tiempo
5-6 horas.
Distancia
16 kilómetros
Desnivel
850 metros.
GPS
El Parque Natural del Montgó está situado en el sector corológico setabense, en el subsector alcoyano-diánico. El parque está en una zona de clima subhúmedo, con precipitaciones elevadas, por encima de 750 mm., con un máximo otoñal y una fuerte sequía estival. Los vientos húmedos del Mediterráneo ascienden por las laderas y forman nubes de ascenso orográfico, condensando parte del agua sobre el suelo y la vegetación. Este efecto se conoce como criptoprecipitación, y aumenta la humedad de los barrancos orientados al norte.
El Montgó es la última de las estribaciones prebéticas en la provincia de Alicante, y está formada por un sinclinal elevado tectónicamente entre dos fallas, una al norte y otra al sur. Por el este, la montaña se une a la llanura que forma la plana de San Antonio, que se extiende hasta el mar. Esta llanura termina de forma abrupta en los acantilados del cabo de San Antonio.
Hay numerosas cuevas en la montaña que sirvieron de abrigo a sus primeros pobladores, comunidades nómadas del paleolítico superior. También quedan restos de un importante poblamiento íbero del siglo VII a. de C. en el alto de Benimaquia. En tiempos romanos, el Montgó debió ser una excelente atalaya sobre el puerto comercial de Dianium (Denia). En la cueva del Agua hay un epígrafe que atestigua la presencia de una vexillatio (destacamento) de la legión VII Gemina en la zona. En el parque también se conservan antiguas torres defensivas contra los piratas berberiscos, como la torre del Gerro.
La riqueza de la flora de esta zona atrajo el interés de botánicos ilustres como Tournefort, Cavanilles, Webb, Rouy y Font-Quer. La presencia de numerosos endemismos y el hecho de que en el parque natural se han hallado más de 600 especies de plantas hace que el Montgó sea interesante desde el punto de vista botánico. En la actualidad, la zona cuenta con las siguientes figuras de protección:
- Parque Natural, desde 1987.
- Reserva Natural Marina.
- Microrreservas de Flora (Cap de Sant Antoni, Les Rotes, Illot de la Mona, Cova de l'Aigua y Barranc de l'Emboixar).
Entre las plantas que tienen especial interés por su área de distribución, su rareza y por estar protegidas destacan:
- Especies endémicas exclusivas de la provincia de Alicante o de área de distribución muy restringida.
- Especies incluidas en el catálogo valenciano de especies de flora amenazadas:
- Especies prioritarias de las microrreservas de flora
El Parque Natural del Montgó tiene una superficie de 2.117 hectáreas. Debido a su extensión, es muy difícil hacer en un solo día un recorrido que permita visitar todos los ambientes. El presente recorrido describe la flora que puede ser vista en la subida a la cima desde Denia por la umbría de la sierra, y es un recorrido exigente en cuanto al tiempo si queremos hacer muchas paradas para fotografiar la flora. Para visitar la zona de les Planes, el cabo de San Antonio y les Rotes, habría que desplazarse con el coche tras hacer este recorrido. Al final de la descripción podrás ver un pequeño anexo dedicado a estas otras zonas del Parque. Lo mejor sería poder hacer más de una visita a diferentes lugares del Parque.
Nuestro recorrido comienza en la ladera norte de la sierra, para lo cual tenemos que acercarnos con el coche desde Denia. Salimos de la ciudad por la Avenida del Montgó y seguimos por el Camí del Pou de la Muntanya, cruzando la vía del tren. Al final del Camí del Pou, giramos a la derecha por la Carretera de la Colonia, y subimos por ella hasta los últimos chalets, donde hay algo de espacio para dejar el coche. La ruta comienza en la valla que cierra el paso de vehículos al camino de la colonia, junto a un cartel del Parque con información sobre las rutas.
La primera parte del recorrido discurre por el camino de la colonia, una pista que sube en zig-zag y después recorre a cota 200 buena parte de la umbría de la sierra. La pista es utilizada habitualmente como lugar de paseo de perros por la gente que vive en los alrededores. Por eso, en sus márgenes encontramos suelos removidos y nitrificados que son aprovechados por la vegetación ruderal nitrófila para crecer. En el camino también podemos ver árboles como algarrobos (Ceratonia siliqua) y almendros (Prunus dulcis) procedentes de antiguos cultivos, y también algunos pinos (Pinus halepensis).
Sin embargo, si miramos un poco más allá del margen de pista, vemos que los suelos pedregosos y huecos del lapiaz están ocupados por lastonares y matorrales. Los lastonares son prados dominados por una gramínea, el lastón (Brachypodium retusum). El lastón tapiza los huecos entre el lapiaz y los espacios que deja el matorral.
En estos prados crecen numerosos geófitos, plantas que pasan la época desfavorable en forma de bulbos, tubérculos o rizomas. En los prados del Montgó, especialmente en la umbría, vemos orquídeas, narcisos, tulipanes, meleagrias y frailillos.
En el matorral crecen matas y pequeños arbustos como la lavanda (Lavandula dentata), el romero (Rosmarinus officinalis), el brezo (Erica multiflora) y el tomillo (Thymus vulgaris subsp. vulgaris).
La vegetación potencial de la sierra sería un bosque de carrascas en las zonas más húmedas y una maquia de coscoja, lentisco y palmito en las zonas más cálidas. Sin embargo, solo quedan algunas encinas aisladas en el Parque, y el espacio del bosque en la umbría lo ocupan pinares y matorrales en los que hay coscoja (Quercus coccifera), lentisco (Pistacia lentiscus), aladierno (Rhamnus alaternus) y bayón (Osyris lanceolata). También crecen dispersos ejemplares de cerezo de pastor (Crataegus monogyna) en los bordes de pista y en las zonas más húmedas de la umbría.
Seguimos las indicaciones de las señales que nos conducen hacia la Cova de l'Aigua y nos encontramos con el desvío por sendero a mano derecha. La microrreserva de flora creada en esta zona protege los paredones rocosos con vegetación casmofítica (plantas que crecen en las fisuras de las rocas) y el matorral termomediterráneo de coscoja y lentisco. Sin embargo, lo que más nos va a llamar la atención cuando subamos por el sendero es el cardo santo, si no lo hemos visto antes subiendo por la pista. El cardo santo (Carduncellus dianius) es un endemismo diánico e ibicenco, y es una de las plantas más representativas del Montgó.
En la subida a la Cova de l'Aigua, y en general en toda la umbría, vamos a tener la oportunidad de ver varias de las lianas o plantas trepadoras de los matorrales mediterráneos, que se aprovechan de diversas estrategias para alzarse sobre los arbustos y conseguir un mejor acceso a la luz. La madreselva (Lonicera implexa) tiene tallos volubles con los que se enrolla a otras plantas. La rubia (Rubia peregrina subsp. longifolia) y la zarzaparrilla (Smilax aspera) tienen espinas en hojas y tallos. La vidiella (Clematis flammula) tiene peciolos volubles que actúan a modo de zarzillos.
A medida que subimos a la Cova de l'Aigua nos damos cuenta de que la humedad aumenta. Es en estas condiciones donde se desarrollan mejor algunos de los arbustos del coscojar, como el labiérnago (Phillyrea angustifolia), el rusco (Ruscus aculeatus), el espantalobos (Colutea brevialata) y la cornicabra (Pistacia terebinthus), que es escasa en el Parque. Los márgenes del sendero están parcialmente invadidos por las zarzas (Rubus ulmifolius), que son plantas habituales en las orlas espinosas de los bosques. A partir de esta zona podemos ver el teucrio amarillo (Teucrium flavum subsp. glaucum), que en Alicante solo se encuentra en el norte de la provincia.
Cuando llegamos a los paredones nos encontramos con otro de los ambientes protegidos de la microrreserva de la Cova de l'Aigua, la vegetación casmofítica (plantas cuyas raíces crecen en el material de relleno de las grietas de la roca). El objeto de la microrreserva es la protección de la herradura valenciana (Hippocrepis valentina) y el gallo de roca (Linaria cavanillesii), pero también encontramos otras plantas rupícolas como Sanguisorba ancistroides, Sedum dasyphyllum y los sombrerillos (Umbilicus gaditanus).
Al pie de los paredones, en ambientes esciófilos (umbríos, de poca luz) y en condiciones de suficiente humedad crece un pequeño helecho con aspecto de musgo, Selaginella denticulata. En estos mismos ambientes también podemos ver otra enredadera, la nueza negra (Tamus communis), cuyas raíces se utlizan para aliviar la artritis, pero cuyos frutos, de un atractivo color rojo, son tóxicos.
Por fin llegamos a la Cova de l'Aigua. Antes de los escalones, a la izquierda y protegida por una reja, podemos ver la inscripción que hizo aquí el destacamento de la legión VII Gemina. Si subimos por los escalones y entramos en la cueva (es necesario linterna o frontal), veremos que tiene una cisterna en su interior para almacenar el agua.
Para aquellos que hayáis pasado demasiado tiempo fotografiando la vegetación de esta zona, la ruta bien podría acabar aquí, regresando por el sendero que ya conocemos. Para aquellos que dispongáis de más tiempo y ganas, bajamos de la Cova de l'Aigua hasta el cruce que señala hacia la "Creueta y Racó del Bou", y continuamos por un sendero entre el matorral que atraviesa varios runares donde podremos ver los conejitos (Antirrhinum controversum) y la valeriana roja (Centranthus ruber). Por el sendero llegamos a otro cruce en el que se indica la dirección a la cima por la izquierda. Hay que subir por una senda de pendiente pronunciada hasta alcanzar el cordal de la montaña.
El cordal es un enorme lapiaz soleado ocupado principalmente por jaras (Cistus albidus, Cistus monspeliensis), aliagas (Ulex parviflorus, Calicotome spinosa), brezos (Erica multiflora), romero (Rosmarinus officinalis), aladierno (Rhamnus alaternus) y palmito (Chamaerops humilis). Entre el matorral crece de forma abundante Euphorbia squamigera y en primavera, en la zona ocupada por el lastonar, crecen gladiolos silvestres (Gladiolus illyricus), orquídeas (Anacamptis pyramidalis) y otros geófitos.
A mitad de ruta por el cordal encontramos el desvío la cruz de Denia, a mano izquierda. Si decidimos subir para contemplar las vistas sobre Denia, después deberemos regresar a la senda principal para continuar la ruta a la cima.
Antes de subir al Cap Gros del Montgó merece la pena pasar a la umbría para visitar la parte alta del barranco de l'Emboixar, en donde hay otra microrreserva de flora. Este barranco húmedo acoge fragmentos de vegetación lauroide como el labiérnago oscuro (Phillyrea latifolia) y el durillo (Viburnum tinus). Además, en él crecen fresnos (Fraxinus ornus), cornicabras (Pistacia terebinthus), laurel de Alejandría (Ruscus hypophyllum), madroños (Arbutus unedo) y una de las escasas poblaciones de boj (Buxus sempervirens) de la provincia de Alicante. En los roquedos también crece la corona de rey (Saxifraga longifolia). En la parte alta del barranc de l'Emboixar también podemos ver Sideritis dianica, un rabo de gato característico del Montgó y que apenas se extiende a las comarcas vecinas.
Desde el barranco de l'Emboixar volvemos al sendero y subimos a la cima. Desde el vértice geodésico tenemos una panorámica bastante completa de la costa de la Marina Alta, en especial del vecino cabo de San Antonio, y la vista se extiende más allá. Vemos el Montdúver por el norte, y Bernia y el Puig Campana por el sur. Además, los días más despejados es posible ver las Islas Baleares.
Desde la cima tenemos dos opciones para regresar. La primera opción es volver por el mismo camino de subida. La segunda opción, un poco más larga, consiste en bajar por el sendero de la cara este hacia les Planes y volver por el camino de la Colonia bordeando la umbría de la sierra. Si elegimos este camino, bajamos por el empinado sendero hacia les Planes. En esta zona, más soleada, crece de forma abundante el palmito (Chamaerops humilis) y el espino negro (Rhamnus lycioides subsp. lycioides). Cuando termina el sendero de bajada, salimos a la pista, caminamos unos metros y localizamos un sendero a mano izquierda. Este sendero pasa por la Cova del Camell y enlaza con el camino de la Colonia. Por este camino bordeamos la umbría y volvemos al punto de partida.
La plana que conecta el Montgó con el cabo de San Antonio está ocupada por una maquia de coscoja, lentisco y palmito, que deja espacios abiertos para el matorral y el lastonar. Es una zona de fuerte influencia humana en la pista de entrada al cabo, con el terreno alterado por la presencia de viviendas, antiguos cultivos y repoblaciones de pino. Los fértiles suelos de terra rossa y la elevada pluviometría de la zona permiten encontrar en el lastonar orquídeas y otros geófitos interesantes.
Los acantilados del cabo de San Antonio y las vistas que tiene sobre el resto del litoral de la Marina Alta son uno de los hitos paisajísticos del Parque. En el cabo, cerca del faro, encontramos otra de las microrreservas de flora, que en este caso protege la vegetación rupícola de los acantilados (Hippocrepis valentina, Pseudoscabiosa saxatilis, Centaurea rouyi subsp. rouyi), un clavel endémico (Dianthus saetabensis subsp. saetabensis) y una crucífera (Succowia balearica) bastante rara en Alicante.
Gran parte de les Planes y el cabo de San Antonio se quemaron en un incendio en 2014 y todavía se ven muchos troncos de pinos muertos en zonas como el barranco del Tangó. En la actualidad, la maquia litoral se está recuperando y podemos ver palmito, lentisco, aladierno, lavanda y otras especies que crecen en los matorrales litorales.
El cabo también es una zona de fuerte influencia humana en la que hay especies alóctonas asilvestradas en las inmediaciones del faro. Algunas de ellas también han desaparecido tras el incendio de 2014.
La otra microrreserva de flora que hay en la zona está situada en el Illot de la Mona, un islote que hay al pie de los acantilados de la costa sur del faro. En dicho islote se encontraron varios ejemplares de la silene de Ifac (Silene hifacensis) y de Medicago citrina, una alfalfa de distribución Iberobalear y que solo presenta una buena población en la Comunidad Valenciana en las Islas Columbretes. En la microrreserva también hay saladinas como Limonium scopulorum.
En la costa rocosa de les Rotes se forman cubetas ocupadas por vegetación que puede soportar las salpicaduras del mar y la salinidad del suelo. La microrreserva de les Rotes protege dos especies de saladinas endémicas, Limonium rigualii y Limonium scopulorum. Acompañando a las saladinas vemos el hinojo marino (Crithmum maritimum) y la zanahora marina (Daucus carota subsp. hispanicus).
En esta zona se puede hacer un interesante recorrido que conecta les Rotes con la torre del Gerro (una antigua torre de vigía) y Cova Tallada. El acceso a Cova Tallada está regulado entre el 15 de junio y el 30 de septiempbre.